De mosquitos y moscas. Malarone y paludismo


Cuando surgió la oportunidad de viajar a Saint Louis de Senegal para participar en un proyecto de investigación y cooperación universitaria no tuve que pensármelo dos veces. Era mi sueño dedicarme a eso, aunque cada vez se diluya más con el tiempo. La respuesta era sí sin duda, si conseguía la financiación necesaria. Además del problema financiero, el riesgo de contraer la malaria me tenía en vilo, pero al menos las vacunas necesarias ya las tenía en mi haber.

Mi viaje era en noviembre, comienzo de la estación seca y en una zona urbana de muy bajo riesgo, pero no puedo negar que estaba nerviosa y tenía miedo. Los mosquitos se montan un festín conmigo, soy de esas personas que duermen envueltas en la sábana, con un huequito para respirar. De esas personas que el día más importante de la semana se levantan con un ojo hinchado y deformado por una picadura de mosquito aunque hubieran más seres vivos alrededor donde escoger. Por si esto fuera poco, cuanto más leía en internet sobre las experiencias y consejos de la gente, más sentía la necesidad de relajarme y mentalizarme de que no iba a pasar nada.

Recomiendo dejarse de sensacionalismos al buscar información tan importante en internet, empezar por las fuentes de información oficial y evitar quebraderos de cabeza. Busca las recomendaciones del Ministerio de Exterior de turno, aunque yo siempre visito la web del Reino Unido (https://www.gov.uk/foreign-travel-advice) porque son más exhaustivos con la información, está muy organizado y actualizan con regularidad. Como bien nos avisan, existe riesgo de contraer malaria, también llamado paludismo. Como guía rápida, el paludismo es una enfermedad muy grave que se transmite a través de la picadura de mosquitos que estén infectados y no existe vacuna contra ella, aunque sí una quimioprofilaxis, que reduce el riesgo de contraerla a razón de una pastilla diaria.

Así que pedí cita en un CVI (centro Vacunación Internacional) del Ministerio de Sanidad para aclarar dudas, pedir consejo y conocer sus recomendaciones:

-Evitar las picaduras de mosquitos. Recomendación, llevar ropa que cubra el cuerpo, mejor de algodón (por el calor) de colores claros empapada en permetrina, usar repelente de mosquitos, de los que te aconsejan usar con moderación porque son veneno puro.

-Tomar la quimioprofilaxis adecuada (Malarone en mi caso). 1 comprimido al día, empezando un día antes del viaje y terminando 7 días después de la vuelta.

-Conocer los síntomas para facilitar un diagnóstico precoz. Si vas al médico en los siguientes 6 meses siempre tienes que decir que has viajado a un país de riesgo… por si acaso.

Y bien, después de toda esta parafernalia, de gastarme el dinero en la permetrina, el repelente y la quimioprofilaxis, caí en la cuenta de que toda mi ropa era de color negro, azul (color satánico-atractor de mosquitos según algunos) o marrones, no tenía mucha ropa de colores claros y no iba a comprar ropa por un viaje de una semana. Me agencié unos viejos pantalones de algodón color caqui y un buen cinturón para mantenerlos, camisillas blancas sin mangas y una camisa (con botones y manga larga de algodón muy fino) a modo de chaqueta. Ahh y también protector solar y gafas de sol. Parecía lista para ir de safari, un cliché total. Cuando llegué al aeropuerto, mis colegas de la universidad iban vestidos normalitos, con camisa y vaqueros… ahí me di cuenta que igual había sobredimensionado la magnitud del asunto.

Como colofón final, sólo me picó un mosquito, y ni siquiera me enteré. El Malarone no me hizo ningún efecto secundario desastroso, pero sentí que estaba asfixiando mi cuerpo con química sin existir motivo para ello. Si volviese a viajar a Saint Louis en estación seca, no lo tomaría. Pero me parece una buena opción cuando uno es novato en un país o va a visitar zonas que no conoce. Al no tener una rutina interiorizada para protegerte contra los mosquitos, podrás meter la pata con menores consecuencias, hasta que te acostumbres a pensar como un local.

En fin, de lo que realmente tenía que estar uno pendiente era de no comer o beberse una de las moscas que pululan alegremente, pero para esto también hay solución. Los senegaleses te servirán el vaso con el posavasos encima, no es que no tengan el cuidado de colocarlo como es debido, yo lo puse debajo de mi bebida rauda y veloz, el camarero me sonrió y lo colocó encima de nuevo:

-es por si las moscas… – vale, no dijo eso, pero hubiera quedado genial.